El ejercicio es bueno para el cerebro, lo que Albert Einstein ya sabía

El ejercicio contribuye a la salud de nuestro cerebro

¿PUEDE EL EJERCICIO AFECTAR POSITIVAMENTE AL CEREBRO?

Hasta hace no mucho tiempo, nuestro bienestar se veía amenazado por plagas y epidemias. Hoy, lo es por enfermedades relacionadas con el «stress», como ataques cardíacos, infartos, artritis y dolor en la espalda baja.

Los fármacos y las vacunas no ofrecen cura segura. Muchas veces nos convertimos en candidatos para una variedad de enfermedades que abundan en nuestro mundo moderno e industrializado.

Los investigadores saben, desde hace tiempo, que los estados psicológicos tienen un efecto profundo sobre nuestra salud física.

Albert Einstein sabía que el ejercicio afectaba positivamente al cerebro
Albert Einstein sabia la importancia del ejercicio para el cerebro

Importantes estudios han demostrado que la ansiedad, la depresión, la disconformidad, la insatisfacción, las frustraciones, la falta de lazos sociales y el impacto de los cambios de vida aumentan el riesgo de cáncer, enfermedad cardíaca e infección.

Durante los últimos años, los investigadores han aprendido mucho sobre el envejecimiento del cerebro humano.

Una de las cosas es que encoge, especialmente si no lo utilizamos. El cerebro de un adulto pesa entre 1.100 y 1.500 gramos, pero cuando ha alcanzado los 80 años, su peso se ha reducido en ‘ un 10 por 100.

La pérdida de células cerebrales se ha podido comprobar a través de «scanner» cerebrales. Y hay partes del cerebro que pierden muchas más células cerebrales que otras.

El área que controla el movimiento, que está implicado en la enfermedad de Parkinson —relacionada con el envejecimiento— disminuye a un sexto de su volumen celular en la mayor parte de las personas que han cumplido 80 años. Pero, también, les puede suceder a individuos en la cuarentena.

El área que controla la memoria, asociado con la enfermedad de Alzheimer, también se ve afectada por la edad. La mayor parte de las personas de 80 años muestran síntomas leves de esas condiciones.

Sólo en Estados Unidos hay 4 millones de afectados por la enfermedad de Alzheimer. Un millón de ellos además, tienen postura rígida y los temblores que caracterizan al «Parkinson.

 CUERPOS Y MENTES SANOS

El cerebro estará más sano si haces ejercicio

Se estima que 30 millones de americanos de todas las edades están físicamente afectados por enfermedades mentales provenientes de la ansiedad y la depresión.

Lo contrario debe ser cierto: un cuerpo sano y en forma está relacionado con la salud psicológica. Los antiguos griegos y romanos sabían eso y vivían bajo el dictado de «mente sana en cuerpo sano».

Parece posible que el ejercicio físico que estimula el córtex cerebral puede también estimular la parte del cerebro próxima, asociada con el pensamiento y los sentimientos.

¿Puede de verdad afectar el ejercicio a nuestro cerebro? ¿Es capaz de mitigar o de hacer desaparecer las dos aflicciones más comunes, relacionadas con el «stress», como la depresión y la ansiedad? Hay muchas evidencias científicas que afirman que puede.

Ultimamente, parece que todo el mundo habla de pérdida de peso, colesterol, presión arterial y ataques cardíacos, elementos todos que contienen una referencia al «stress».

Los estudios demuestran que, incluso los momentos felices, como unas vacaciones o un nuevo romance, pueden llegar a ser motivo de «stress».

Pero hablando menos y actuando más —a través del ejercicio—, podemos decirle al «stress» que se esconda. El «stress» a corto plazo, una respuesta evolutiva, termina enseguida y puede ser positivo para nosotros.

Es el que sufrimos a largo plazo, como el que siente el vendedor de zapatos que cree que podría ser un buen actor dramático, el que nos «hace polvo».

El «stress» a largo plazo nos destruye física y emocionalmente porque no ofrece alivio… Las consecuencias biológicas de vivir bajo presiones constantes son la cuna de numerosas enfermedades que afligen a los ciudadanos del mundo actual.

Con frecuencia, peligrosamente excesiva, las enfermedades relacionadas con el «stress» desafían un ataque frontal. Hay que vencerlas de otra forma — idealmente, con ejercicio—, con el simple acto de ponerse a entrenar.

El ejercicio nos fuerza a variar nuestros conceptos, a preocuparnos más por nuestra salud, a ver la vida en su perspectiva idónea y a ayudarnos a tratar con el «stress». El ejercicio, además, nos mantiene sanos. 

Cientos de estudios han asociado el ejercicio con la disminución de los síntomas de depresión, ansiedad y fatiga, y con un concepto mejor de la propia persona.

Los últimos estudios han demostrado que el «stress» inherente a la vida cotidiana: matrimonio, divorcio, hipotecas, viajes… tiene menos impacto negativo sobre la salud de las personas físicamente activas.

Los informes demuestran que los ejecutivos experimentan menos problemas de salud relacionados con el «stress» que muchos de los trabajadores a su cargo.

EL ESTUDIO PERRIER

El ejercicio te ayudará a ser más feliz

Ese estudio, que investigó sobre la puesta en forma de los americanos, demostró que los que entrenan regularmente son más relajados, más confiados en sí mismos, más productivos, orgullosos de su aspecto, menos sensibles a la fatiga y más disciplinados.

Todos los estudios efectuados sobre los beneficios del ejercicio concluyen que el entrenamiento desarrolla una actitud muy positiva hacia la vida.

Las mujeres y las personas mayores desarrollan, en general, un mayor sentido de realización y bienestar general. El «stress» de la vida tiene mucho menos impacto negativo sobre los individuos físicamente activos.

Los investigadores de la Universidad Duke, la Universidad de California, la Universidad de Wisconsin y la Universidad de San Francisco muestran efectos psicoterapéuticos positivos documentados, que se deben al impacto del ejercicio.

Un estudio sobre bicicleta estática demostró que la memoria a corto plazo, la comprensión y la capacidad para reaccionar mentalmente se incrementan durante y después de una sesión de ejercicio.

En la antigua Grecia, Aristóteles desarrolló la técnica de enseñar a sus estudiantes mientras recorrían los caminos del Liceo de Atenas.

Para curar las preocupaciones, el trabajo es mucho mejor que el whisky

Thomas Alva Edison

Los griegos siempre creyeron que el ejercicio potenciaba la mente. Thomas Alva Edison, que descubrió una enorme cantidad de inventos básicos, declaró: «Para curar las preocupaciones, el trabajo es mucho mejor que el whisky». La actividad mental y el ejercicio trabajan en equipo como panacea para un número de problemas psicológicos.

La doctora Mariam Diamond, profesora de biología integrada en la Universidad de California, en Berkeley, ha efectuado muchos curiosos descubrimientos en sus investigaciones sobre el cerebro.

Puso a un grupo de ratas jóvenes en el interior de una caja repleta de instrumentos curiosos y estimulantes: juguetes, escaleras, laberintos, ruedas, etc.

Otro grupo de ratas jóvenes, se quedó en otras cajas —dos en cada una—, donde no había ningún tipo de instrumentos.

Descubrió después que el córtex —la parte pensadora del cerebro— era considerablemente más denso en las ratas que poseían juguetes para expresarse.

LAS PERSONAS QUE SE LIMITAN A SER ESPECTADORES DE UN DEPORTE

El ser espectador de un deporte también contribuye a la salud de tu cerebro

Los experimentos de la doctora Diamond sacaron a la luz interesantes conclusiones sobre la tremenda popularidad general de los deportes de equipo, como el fútbol, béisbol, baloncesto o rugby.

Los biólogos enjaularon a cuatro ratas de media edad con ocho ratas jóvenes. Otras tres ratas fueron enjauladas separadamente.

Las ratas jóvenes recibían nuevos juguetes, un par de veces por semana, y sus congéneres maduros se disponían a contemplar la acción.

Las autopsias demostraron que los cerebros de las ratas maduras enjauladas con las ratas jóvenes eran mayores que los de las que estaban solas y no tenían espectáculos que les entretuvieran.

Aunque sólo se tratara de contemplar cómo jugaban los animales jóvenes, las ratas viejas estaban aún alertas y con sentido de la curiosidad a los 3 años, equivalente humano de 90.

Por lo tanto, parece ser que la implicación mental y emocional, aunque sólo sea como espectador, trabaja el cerebro y lo mantiene sano.

Un informe reciente de la Sociedad para Neurociencia, llevado a cabo por Allison York, estudiante graduado de la doctora Diamond, indica que las ratas que viven en un entorno enriquecido consiguen que les crezcan nuevas células cerebrales de la zona ligada con la memoria y la enfermedad de Alzheimer.

Las posibilidades para los humanos son interminables. Esto significa que poseemos células cerebrales que responden positivamente a los entornos abundantes en retos físicos y mentales.

El Ejercicio y el envejecimiento

No tenemos por qué hacernos viejos. El culturismo y el fitness, por ejemplo, disponen un estilo de vida que supone un estímulo continuo para la mente y el cuerpo.

Es de esperar que, en un futuro próximo, los «scanners» cerebrales podrán demostrar que quienes siguen un estilo de vida Fitness tienen unos cerebros tan jóvenes, completos y fuertes como sus cuerpos.

Los científicos aún no conocen con exactitud la forma en que el ejercicio mejora la salud psicológica.

Algunos piensan que es atribuible parcialmente a la respuesta hormonal de los receptores químicos llamados «opiáceos endógenos», descubiertos en la zona cerebral asociada con el placer, el dolor y la conducta.

El nivel sanguíneo de uno de esos opiáceos, llamados endorfinas-B, se incrementa durante el ejercicio.

Sin embargo, la mayor parte de los investigadores se han sentido incapaces de demostrar que esas endorfinas de la sangre puedan penetrar a través de las altamente selectivas barreras del tejido cerebral.

Algunos especulan que el ejercicio, al elevar la temperatura corporal, potencia los niveles de ciertos productos químicos cerebrales, llamados neurotransmisores, que son capaces de elevar el ánimo y disminuir la depresión.

Otros sugieren que la tensión eléctrica de los músculos se reduce con el ejercicio, o que éste aumenta el transporte de oxígeno al cerebro.

Aunque tales creencias parecen muy razonables, aún falta efectuar más investigaciones para esclarecer las razones por las que el ejercicio es capaz de hacer que nos sintamos de forma tan extraordinaria.

Las drogas en nuestro cerebro

Las drogas que alteran la mente potencian la velocidad de la disminución cerebral. Se sabe que el alcohol destruye las células cerebrales.

La cocaína se interfiere con el elemento químico cerebral, dopamina, que controla las emociones y la acción muscular involuntaria.

Todavía se sigue deliberando sobre los efectos destructores para el cerebro de la marihuana, pero hay evidencias muy fuertes respecto a que si lo son.

Se sabe, también que la heroína produce síntomas de la enfermedad de Parkinson.

El ejercicio para el corazón

El ejercicio también contribuye a la salud del corazón

Los infartos dejan abatido al cerebro. El ejercicio ayuda a mantener bajo el peso corporal y la presión arterial, dos elementos fuertemente asociados con los infartos.

El ejercicio desarrolla el sistema cardiovascular. Los estudios han demostrado que el ejercicio moderado, con entrenamientos de 20 a 45 minutos varias veces por semana, conduce a importantes mejorías en la salud física y mental y el bienestar general.

Cualquier persona puede dar fe del magnífico sentido de bienestar, la vitalidad y la profunda paz de espíritu engendradas por un buen entrenamiento.

El «scanner» cerebral acabará demostrando muy pronto que el Fitness es tan bueno para el cerebro como resulta serlo para el cuerpo. 

Puedes aprender todo sobre el ejercicio y el desarrollo muscular en nuestra sección de entrenamiento.

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